16/1/2006 mexico
Pasión, curiosidad y ética, elementos en el arte y la
ciencia.
Aunque parece un binomio incompatible, el arte y la ciencia comparten características como la pasión, la curiosidad y
la responsabilidad, coincidieron el escritor Jorge Volpi y el físico Jaime Besprosvany, durante su charla "La ciencia y
el arte".
En el primer encuentro del ciclo de conversaciones "Dos en Fondo en Bellas Artes", proyecto organizado por el
Fondo de Cultura Ecónomica (FCE), que tiene por objetivo estimular la reflexión pública sobre asuntos de interés
general en los albores del siglo XXI, Volpi aseguró que el arte, en particular la literatura, está estrechamente ligada a
la ciencia.
"Vivimos en una época de terrible analfabetismo científico, en donde la ciencia normalmente despierta horror en
todos los sentidos, desde luego, el horror a las matemáticas, al no poder comprender símbolos extraños que de
pronto se han convertido en una especie de otro idioma", señaló el escritor.
El autor de "En busca Klingsor" y "El fin de la locura", dijo que "existe también el horror que muchas veces seguimos
sintiendo los humanistas hacia la ciencia, mantiene el llamado síndrome de Frankenstein, que tiene su origen el
pasaje bíblico, donde Adán y Eva tienen prohibido comer del árbol de la ciencia".
"Me parecer que la literatura es una forma de conocimiento tan válida como la ciencia, en el sentido de que trata de
rastrear cuáles son lo grandes problemas del ser humano, como los grandes problemas del mundo externo,
solamente que lo hace a través de una herramienta que desde luego la ciencia no tiene, la ficción que nos permite
aventurar cosas que serían imposibles en medio del rigor científico", aseguró el narrador.
Jorge Volpi, quien en días pasados fue desigando junto con otras 200 personalidades líder mundial en el Foro
"Jóvenes Líderes Globales", aseguró que con esa herramienta de conocimientos de la novela y la ficción, hace un
retrato de cómo funciona ese otro instrumento de conocimiento que es la ciencia.
Entre ciencia y arte, en especial la literatura, hay enormes similitudes, tal vez en la manera de encarar los problemas
y coincidencias en el lenguaje, o por lo menos así lo piensa él y lo ha puesto en práctica en sus novelas.
El narrador mexicano hizo una comparación entre un científico, un investigador, un amante y un literato, quienes,
dijo, en muchas ocasiones se compartan de modos parecido, utilizan un conocimiento inductivo para desentrañar
ciertas pistas y construir hipótesis de trabajo, verificarlas y construir teorías.
Por su parte, Jaime Besposvany, investigador del Departamento de Física Teórica del Instituto de Física de la UNAM,
consideró que entre la ciencia y el arte hay coincidencias que tienen que ver con la ética y la moral, problemas
donde se encaran la verdad, la subjetividad y la responsabilidad, frente a la política y el poder.
La ciencia, dijo, surge en la tradición occidental, cuando los filósofos presocráticos se dan cuenta de que no todo
puede ser explicado de manera mágica, que hay restricciones que pueden hacer a ese tipo de explicaciones".
Por otro lado, agregó, "siento que el arte también es una extensión de la religión, tiene en común el sentido de la
veneración, la admiración respecto a la naturaleza; el arte no necesita estar conectado directamente en la realidad,
ahí se suspende la acción y se introduce la causalidad", destacó el científico.
El también catedrático de la Facultad de Ciencias de la UNAM, especialista en la investigación de la física de
partículas, la mecánica cuántica y la física nuclear, dijo que la ciencia y el arte comparten la pasión y el interés por lo
que está detrás de la ciencia y la literatura, que es el conocimiento.