La Feria del Arte de Londres, que se inaugura este miércoles, intenta acercar al público a figuras poco conocidas, aunque en muchos casos igualmente interesantes, del arte contemporáneo británico, junto a nombres tan cotizados como Francis Bacon, Henry Moore y David Hockney.
En su decimoctava edición, hasta el 22 de enero, la feria continúa además el diálogo de años anteriores entre los jóvenes artistas de la actualidad y los maestros del siglo XX, es decir, entre la tradición y la innovación, explicaron hoy en conferencia de prensa sus organizadores.
Los precios cada vez más elevados que vienen alcanzando en el mercado algunos de esos maestros han hecho que se renueve el interés por muchos artistas de los años treinta, cuarenta y cincuenta del pasado siglo, cuya obra no desmerece, sin embargo, en muchos casos de la de sus colegas y en algunos casos maestros.
Nombres como los de Naum Gabo, Alexander Calder, Henry Moore, Ben Nicholson, L.S. Lowry, Patrick Heron, Ian Hamilton Finlay o Frank Auerbach aparecen junto a otros menos conocidos internacionalmente, pero también en el propio Reino Unido, como pueden ser William Scott, Alberto Morrocco, John Armstrong o John Banting.
Hay en esta feria luminosos bodegones del recientemente fallecido Patrick Caulfield, delicadas litografías de ese extraordinario dibujante y colorista que es David Hockney, y obra gráfica de otros representantes del Pop-Art como Peter Blake, Richard Hamilton o Allen Jones.
Pero también están representados artistas mucho más jóvenes, como Julian Opie, Damien Hirst -famoso por sus tiburones conservados en formol-, el ceramista travestí Grayson Perry, premio Turner al igual que el anterior, y otras figuras del tan publicitado nuevo arte británico.
Tras el éxito de la pasada edición, vuelven este año los Proyectos Artísticos, consistentes esta vez en veinte propuestas de distintas galerías, tanto las ya establecidas como las que hace poco que han entrado en el mercado.
Todas ellas presentan a artistas que trabajan de modo innovador y en formatos que a veces rompen con los moldes tradicionales.
Entre estos está el portugués José de Guimaraes, que pasó siete años en Angola estudiando la etnografía y el arte tribal, y cuyo arte explora la ósmosis y posible síntesis entre las culturas europeas y africanas.
De gran delicadeza es la obra de Jeffrey Blondes, que ha grabado en vídeo un árbol situado junto a un estanque a lo largo de un ciclo de doce meses, y ha pintado además una serie de cincuenta y dos pinturas, una por cada semana, que se exhibirán sucesivamente a lo largo del año en la galería que le patrocina.
Una jovencísima artista llamada Emily Alchurch muestra un fascinante collage que imita la famosa 'Torre de Babel', de Brueghel, que se conserva en el Museo de Historia del Arte de Viena, y que ella ha compuesto como en un rompecabezas a base de fragmentos de fotografías de distintos edificios y ruinas de Londres.
La Feria del Arte de Londres, que se celebra en el Business Design Centre, situado en el barrio londinense de Islington, es, pues, como un popurrí del arte británico de los últimos setenta años, donde todo el mundo tiene donde escoger.
El año pasado, atrajo a veinte mil visitante, a la vez que generó un volumen de negocio del orden de los quince millones de libras (unos 22 millones de euros), cifras ambas que este año sus organizadores confían en superar.