Coleccionistas, aficionados, curiosos, grandes fortunas, imitadores de abellós, koplowitz y otros ricos de postín, y amantes del arte en general se pasean estos días por ARCO, la mayor muestra de arte contemporáneo de España. Aunque la mayoría se acerca para conocer las nuevas vanguardias, son cada vez más los que acuden a los stands de esta feria en busca de alguna pieza que llevarse al bolsillo. Y es que ya no se trata sólo de amor al arte o de pura vanidad, sino también de negocio. De unos años a esta parte, el coleccionismo de se ha convertido en un mercado de lo más lucrativo.
Atendiendo a los datos, invertir en arte resulta más rentable que comprar acciones en Bolsa o hacerse con una vivienda, según la consultora Arte Global. Por ejemplo, si en 1997 hubiésemos invertido 100 euros en una obra del artista español Antoni Tapiès, en 2005 habríamos obtenido un valor medio de 214 euros, es decir, nuestra inversión se habría revalorizado un 114%.
Si la obra adquirida hubiera sido de Miquel Barceló, el precio habría pasado de 100 a 336 euros, revalorizándose un 236%. Si la inversión se hubiera realizado sobre Eduardo Chillida, por cada 100 euros habríamos recuperado 365, lo que en términos de rentabilidad se traduce en un incremento del 265%. Todos estos porcentajes son muy superiores a la revalorización de la Bolsa española, que ha sido del 78% en estos ocho años, o del mercado inmobiliario, del 91%.
Con todo y aunque las previsiones son más que optimistas, la inversión en arte es todavía algo residual en España. De hecho, aquí no existe ningún índice que mida la rentabilidad exacta de estos activos, todo lo contrario de lo que sucede en otras plazas de mucho más pedigrí artístico como Londres o Nueva York.
En la capital inglesa, según un estudio publicado por artiprice.com, de enero de 2001 a julio de 2005, fue ligeramente más rentable invertir en arte que en cualquier otro activo. En ese periodo de tiempo, el mercado del arte se revalorizó un 92%, frente al 91% del mercado inmobiliario. En lo que respecto a la bolsa, el índice británico FTSE 100 de Londres tuvo un rendimiento negativo del 21,5%. En ese periodo, en Nueva York, el incremento de los precios de las obras de arte fue del 45%, frente al 91% de los inmuebles y al 0,5% del Dow Jones.
OBRAS A PARTIR DE 3.000 EUROS
Por todo ello, no es de extrañar que la Feria de Arte Contemporáneo se haya convertido en una especie de Plaza de la Lealtad bis, donde los grandes tiburones en busca de suculentas inversiones se mezclan con particulares que quieren hacer sus primeros pinitos en este mercado. Y es que invertir en arte no es sólo exclusivo de grandes fortunas. Los expertos estiman que con una cantidad, que puede ir de los 3.000 a los 6.000 euros anuales, se puede iniciar una pequeña y modesta colección personal, comenta Elisa Hernando, asesora de inversión en arte de la consultoría Arte Global.
La cosa va más allá de la simple anécdota. Según un informe reciente del Banco de España, el arte se ha convertido ya en el tercer vehículo de inversión preferido por los españoles, sólo después del ladrillo y la Bolsa.
Además, hay otra serie de indicadores que permiten comprobar la buena salud del mercado del arte, no sólo a nivel mundial, sino también en España. Para ello basta con darse un paseo por las principales casas de subastas del país. Los últimos datos oficiales señalan un incremento del beneficio de estas casas entre 2003 y 2004 del 32,8%, hasta superar los 23 millones de euros, según el último informe de los analistas británicos Art Sales Index. Especialmente significativo es el caso de Ansorena, que ha conseguido un hito histórico en España al situarse entre las 25 casas de subastas del mundo con 939 lotes vendidos por más de 15,2 millones de euros, según dicho informe británico.
Eso sin olvidar al que, sin lugar a dudas, ha sido el evento estrella de 2005: la segunda subasta en España, después de 30 años, de la prestigiosa casa Christie’s en el Hotel Palace de Madrid el pasado mes de octubre, que ha confirmado el creciente interés por el arte español y las grandes posibilidades de este mercado.
Los resultados no pudieron ser mejores. En concreto, en aquella subasta, dos obras de Domenico Theotocopuli, El Greco, superaron todas las expectativas: por San Lucas se pagaron 1,3 millones de euros (la estimación se situaba entre 100.000 y 150.000 euros) mientras que la cantidad abonada por Santiago el Mayor ascendió a 997.600 euros (frente a los 100.000 y 150.000 euros estimados).
Además de las casas de subastas, los artistas españoles siguen despertando gran interés entre los postores en todo el mundo. Sin ir más lejos, esta semana, Sotheby’s vendió dos obras de Miró y Picasso por un importe total de 12 millones de euros. El cuadro de Miró, El pájaro de plumaje desplegado vuela sobre el árbol plateado, se remató en 7,5 millones de euros, mientras que Hombre con pipa, de Picasso, se adjudicó por 4,5 millones de euros. En esta misma subasta, hubo también dos ventas récord: la obra Día de verano del noruego Eduard Munch, que se vendió por 9 millones de euros, y la pintura Duex Femmes, del francés Paul Gauguin, por 18 millones de euros.
LOS REYES, ABELLÓ, KOPLOWITZ... Y MANOLO ESCOBAR
Unas cifras, sin duda, alejadas de los bolsillos de la mayoría de los mortales, y sólo al alcance de unos pocos privilegiados, con cuentas bancarias rebosantes de ceros, como Paul Allen, co-fundador de Microsoft; Leonard y Ronald Lauder, hijos de los fundadores del imperio de cosmética Estée Lauder; Kenneth Thomson, el hombre más rico de Canadá; Elton John o Jack Nicholson, tal y como recoge la lista elaborada por la revista Forbes. En España, también hay importantes fortunas invertidas en arte. Es el caso de las hermanas Koplowitz, Alicia y Esther, del empresario Juan Abelló, de los financieros March, del propio Rey de España e incluso del cantante Manolo Escobar.
Ser un rico del arte ya no es coto exclusivo de grandes fortunas, sino que está al alcance de gente normal, de clase media, con gusto y, sobre todo, con algunos ahorros. Con todo, a pesar del optimismo que se desprende de las cifras, invertir en arte no es sencillo. El arte tiene sus riesgos y exige tomar precauciones.
El desconocimiento de este ‘mundillo’ y la gran cantidad de tiempo que hay que dedicarle son algunas de las trabas para entrar en este mercado. Para orientarnos, y estableciendo un símil con los brokers financieros o intermediarios inmobiliarios, en el arte también hay empresas dedicadas a aconsejar sobre las alternativas más rentables y adecuadas según el perfil y aversión al riesgo del cliente.
“Las ventajas de estas empresas dedicadas a la consultoría de arte son su objetividad -ya que son independientes de los canales de venta-, el ahorro de tiempo para el inversor, la búsqueda de obras de arte a nivel nacional e internacional, la optimización de precios al conocer los márgenes comerciales del sector y la visión global del mercado del arte”, explica Elisa Hernando.
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