13 February 2006
EDMUND PEEL / Director de Edmund Peel Fine Art Consulting
MADRID. -¿Hay mucha gente dispuesta a invertir en arte en España?
-En todo el mundo hay una enorme liquidez, gente con mucho dinero y poco sitio donde colocarlo. Cada vez acude más dinero al mercado del arte y eso se refleja en los precios.
-¿La llegada del euro se notó positiva o negativamente?
-Tuvo más impacto en el mercado inmobiliario que en el artístico.
-¿La falta de grandes piezas de arte antiguo y moderno hace que se haya disparado el contemporáneo?
-Hasta el año 58 la faceta dominante en el mercado era la pintura antigua. Desde ese día el protagonista del mercado fue la pintura impresionista y moderna. Hasta hace dos años, que el arte contemporáneo se colocó por primera vez en cabeza.
-¿Cuáles han sido las causas?
-En primer lugar, la escasez de oferta de obras maestras. Hace 20 años se vendían 50 monet al año; ahora es una suerte si hay uno o dos. Además, el impresionismo tiene más de cien años y es arte protegido. Y, por último, hay un cambio generacional de compradores, con una visión más contemporánea.
-¿Ha notado un interés creciente de los jóvenes por el coleccionismo?
-Sí. Ahora hay gente más joven. Los coleccionistas más activos son entre los 40 y 60 años. A partir de los 40 disponen de fondos suficientes para poder coleccionar y a partir de los 60 la colección suele ser amplia y cambia el concepto de cara a la jubilación. Sólo buscan ya piezas muy específicas.
-¿Hay algo que diferencie al coleccionista español del extranjero?
-España ha cambiado mucho en los últimos años. El mercado del arte ha pecado de tendencias chovinistas. En España era más grave. A un coleccionista gallego, por ejemplo, le gustaba sólo el arte gallego. Es cierto que a la gente, inicialmente, le gusta lo que mejor conoce, lo que más cerca tienen. Después se amplían las miras.
-¿El coleccionista español sigue prefiriendo el arte español?
-Ya no. Antes era natural, porque con el franquismo mucha creación española se había realizado en el extranjero. Era lógico el deseo de recuperar y repatriar estas obras. En los últimos cinco años he notado una internacionalización de la mentalidad muy grande.
-¿Cuáles son los mercados que vienen pisando más fuerte?
-China, India y, sobre todo, Rusia. Hay gente que está haciendo fortunas inmensas.
-Los datos del arte contemporáneo en 2005 son espectaculares.
-No me sorprende, viendo los resultados de las subastas de Londres de la semana pasada. La de Christie´s del miércoles creo que ha duplicado por primera vez su estimación.
-¿No se corre el peligro de un nuevo «boom» especulativo?
-Yo he vivido dos momentos de alza muy potentes en el mercado, seguido de dos recesiones fuertes. Del 68 al 73 estuvo muy potente el mercado en todo el mundo. España, siempre con un desfase de unos dos años. Después llegó la crisis del petróleo del 73. El segundo auge fue a finales de los 80, que pinchó en el 90 con la retirada del mercado de los japoneses. La retirada de este jugador tuvo un impacto dramático. Ahora estamos en el tercer momento de alza notable. Gente con memoria está precavida por si hay otro «crack». Yo creo que no. Pero podría haber un descalabro del mercado si se disparasen los intereses bancarios. No preveo un bajón. El interés comprador es cada vez mayor.
-¿El coleccionista tiene en cuenta ese lado especulativo?
-Hay un elemento especulativo, pero siempre ha existido. Son poquísimos, si es que existen, los que compran algo que no les gusta, porque creen que es una buena inversión. Los que miran el arte como si fueran acciones de Bolsa se suelen equivocar bastante. Es negarle el sentido que el arte debe tener. No suele producir buenos resultados. Hoy no se valoran firmas, se valoran obras. En las subastas de Londres hemos visto una acuarela de Schiele vendida por 3,7 millones de libras y otra del mismo tamaño y época quedó sin vender en 200.000. Lo esencial hoy no es saber de nombres, sino calibrar piezas.
-¿La relación calidad-precio del arte español es baja o alta?
-Es baja comparada con la de obras de artistas alemanes, ingleses o norteamericanos.
-¿Y eso hace que sea un buena inversión el arte español?
-No hace que sea mejor o peor. Cambiaría si los coleccionistas norteamericanos decidieran centrarse en el arte español. Ahora sigue dependiendo sobre todo del mercado español, aunque algunos artistas se vendan bien en Londres. El motor principal del arte español, que marca la pauta de los niveles de precios, es el mercado español. Si comparo un tàpies que se vendió en 600.000 euros (un precio alto) con un autorretrato de Bacon, vendido por 4,7 millones de libras, el precio del tàpies me parece muy barato en un baremo precio-calidad. El arte español es hoy una buena inversión.
-¿Qué artistas españoles son más demandados en el extranjero?
-En los años 80 muchos artistas españoles exponían con regularidad en galerías de Nueva York: Barceló, Sicilia, Broto... Hoy no lo veo apenas.