Los récord alcanzados en las últimas subastas de Nueva York reflejan un voraz apetito por coleccionar e invertir en obras contemporáneas
Agencias - Los récord alcanzados en las últimas subastas de Nueva York y el furor desatado por ferias de arte como la Art Basel Miami reflejan un voraz apetito por coleccionar e invertir en arte contemporáneo.
El fenómeno no había mostrado tanta garra desde 1989, cuando los precios de las obras de arte contemporáneo llegaron a su cúspide, y se ha visto impulsado tanto por coleccionistas tradicionales como por una nueva casta de compradores adinerados.
Un número cada vez mayor de jóvenes multimillonarios y gerentes de fondos de inversión de riesgo están dirigiendo su dinero hacia el mercado del arte.
Al proceso se suma el creciente interés de los potentados chinos en invertir en arte, un fenómeno corroborado por la reciente decisión de la firma Christie's de celebrar subastas en Pekín.
En sólo cinco años, las ventas de obras de arte en China multiplicaron por diez: de 100 millones de dólares en 2000, a 1.000 millones de dólares en lo que va de 2005.
El coleccionismo ha sido tradicionalmente territorio de personas con dinero en busca de recompensas más allá de las materiales, pero en ese campo aparece un número cada vez mayor de gerentes de fondos de arte y especuladores en busca de estatus.
Estos compradores están alentados por los extraordinarios resultados de ventas de las casas de subastas, así como por la publicación de estudios e índices del mercado del arte que demuestran su rentabilidad, como el Mei/Moses Fine Art Index.
Creado por Jiangping Mei y Michael Moses, dos profesores de la Universidad de Nueva York, este índice fue elaborado a partir de los resultados alcanzados cada año, desde 1950 hasta el presente, en las subastas de pinturas de Sotheby's y Christie's.
El índice revela que las pinturas tuvieron un rendimiento superior al de los bonos y casi tan bueno como el de las acciones, aunque algunos observadores aclaran que el indicador no incluye los altos costos de transacciones y almacenaje de obras.
La liquidez de las inversiones en arte es, por lo demás, lenta, aunque últimamente se ha visto acelerada por "negociaciones especulativas", según el experto indio Harish Padmanabha.
"Antes, coleccionar arte era asunto de unos pocos que apreciaban y se apasionaban por el arte, y para quienes el factor inversión era secundario (...) Ahora algunos inversores encargan obras a artistas a mitad de su carrera, y las almacenan, impulsando así al alza sus precios para luego venderlas", aseguró ese coleccionista.
Los compradores, coleccionistas e instituciones financieras y de arte como las casas de subastas guían sus opciones de compra por índices como el Art Market Research, creado en 1985 para medir las oscilaciones de precios del mercado internacional del arte.
Los gerentes de fondos de inversión en arte, en tanto, realizan proyecciones que permiten identificar cuáles artistas y qué tipo de obras se cotizarán mejor en el futuro.