20 April 2006
El arte escondido
Sorolla, Picasso, Warhol, Valdés... Son nombres que todo el mundo asocia con el arte y con los museos. Sus obras cuelgan de las pinacotecas y son vistas por miles de personas. Sin embargo, desde hace años los museos han dejado de ser los únicos espacios donde reside el arte. Empresas privadas, coleccionistas particulares y entidades bancarias se han convertido en activos compradores de arte.
La mayoría de sociedades adquieren piezas para promover la cultura y apoyar a los artistas jóvenes, aunque tampoco se escapa la búsqueda de la rentabilidad. El coleccionismo en las empresas españolas comenzó a finales del siglo XVIII, cuando por encargo de los trabajadores de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla Goya realiza un retrato de Carlos IV y otro de María Luisa de Parma.
Las entidades valencianas no son la excepción y destinan parte de sus beneficios a la adquisición de pinturas o esculturas. Un caso significativo es el de Bancaja. Su patrimonio reúne más de 5.000 obras desde el siglo XV hasta nuestros días.
El apartado más valioso de la colección de Bancaja es el gráfico, ya que en la actualidad la entidad valenciana es propietaria de uno de los mejores fondos de obras de Picasso de todo el mundo. Bancaja cuenta en su patrimonio con las series de grabados Suite Vollard o Suite 156, entre otras.
Picasso en Bancaja
La política de Bancaja es la de mostrar sus fondos, aunque lógicamente no de forma permanente. Así, por ejemplo, el centro cultural de la plaza Tetuán (actualmente cerrado por obras) organiza muestras temáticas de Picasso. Además se realizan exhibiciones en otros espacios de la entidad y se ceden piezas a instituciones. La colección al completo está fuera del alcance público.
Despachos y diferentes estancias de las oficinas centrales están decorados con obras maestras. En el fondo, hay un apartado de retratos institucionales que destacados artistas valencianos como Genaro Lahuerta han pintado a los presidentes de Bancaja y a los de todas aquellas entidades que han dado lugar al nacimiento de ésta.
Mención aparte merecen los quince lienzos que posee de Joaquín Sorolla, del que destacan títulos como Playa de Biarritz o Al agua.
Gran parte de los trabajos del pintor de la luz están en manos de colecciones privadas como la de Serra Alzaga o la de Lladró. La empresa de porcelana posee obras desde el siglo XV hasta la actualidad. Dada la importancia del fondo la familia ha abierto un museo en Tavernes Blanques para que se pueda visitar.
Instituciones públicas como la Generalitat y la Diputación también poseen lienzos de Sorolla lejos del alcance de los ciudadanos. De hecho, en los despachos de Camps y de Giner cuelgan obras del pintor.
Otra entidad bancaria como es la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) también apuesta por el arte. Algunas dependencias de las oficinas centrales están decoradas con obras para disfrute de sus trabajadores y visitantes. La política de la CAM es adquirir piezas de artistas valencianos, así como de creadores que exponen en sus centros culturales en la Comunitat y Murcia como recientemente Guinovart. Artistas como Equipo Crónica tienen presencia en el fondo de la CAM.
Inicios de colecciones
Otras entidades interesadas en el coleccionismo son Caja Campo –que comenzó su fondo en 2005 en la feria Valencia.Art adquiriendo piezas de Tete Álvarez, Antonio Sosa y Carlos Domingo– y el Banco de Valencia –con obras de Carolina Ferrer, Ximo Amigo y José Sanleón, entre otros–. Ambas mantienen sus fondos únicamente con fines decorativos.
Tampoco está al alcance de los ciudadanos la colección de Guillermo Caballero, un empresario valenciano que, sin embargo, ha prestado en numerosas ocasiones piezas a museos. Pero el fondo es de disfrute privado. Entre las piezas más relevantes que posee hay obras de Warhol, Tàpies, Saura, Arroyo o Valdés. Numerosos empresarios valencianos poseen importantes colecciones pero prefieren mantener su anonimato. La sala Parpalló acoge en la actualidad una muestra de Tàpies que nunca antes se habían visto, con obras de coleccionistas privados como los valencianos Pepe Cano, Vicent Rus y Enric Solá.
El Grupo Fortis y Untitled Art Consulting ha creado un fondo para canalizar la inversión de arte de sus clientes de Banca Privada que cuenta con 122 piezas, que ahora han sido depositadas en el IVAM para que las descubran los ciudadanos.