LINDA SANDLER / Bloomberg
La feria de arte Art Basel abrió ayer sus puertas al público tras una serie de visitas privadas el martes, cuando los coleccionistas acudieron en estampida a los expositores de PaceWildenstein, Barbara Gladstone y Galerie Thaddeus Ropac, que exhibían obras de Pablo Picasso, Richard Prince y Georg Baselitz.
Más de 100 aviones privados fueron contratados para la feria, dijo Mark Booth, responsable ejecutivo de la división europea de NetJets Inc., operador de flotas propiedad de Berkshire, de Warren Buffett Inc. Unas 55,000 personas gastarán sobre $300 millones hasta el 18 de junio, según Sam Keller, director de la feria. ''Estos días, los ricos vuelan con EasyJet y NetJets'', dijo Booth.
Las ferias de arte se están beneficiando de los nuevos ricos coleccionistas que decoran sus casas o hacen inversiones especulativas. Las ventas en Art Basel indican que los compradores no hacen caso a las perspectivas de tipos de interés o distracciones como la Copa del Mundo de fútbol.
Una salita dentro de la sala de coleccionistas en la que podían verse los partidos de fútbol solo tenía seis personas ayer tarde.
PaceWildenstein, de Nueva York, había vendido dos Picassos, de cuatro, ayer por la tarde y tenía uno en reserva, declaró el operador Marc Glimcher. El mayor Picasso, valorado en $8.5 millones, no se había vendido todavía. Una pintura de Willem de Kooning se vendió a uno de los dos únicos interesados.
Cuatro coleccionistas y una institución hacían cola para comprar una escultura de Donald Judd de 1973, dijo Glimcher.
El coleccionista de Miami Marvin Friedman dijo que había estado buscando obras de maestros del siglo XX y podría haber encontrado una que le gustaba, pero que no quiso especificar cuál. La colección de Friedman abarca desde Roy Lichtenstein a James Rosenquist. La bolsa no ha ido tan mal como para afectar el mercado de arte, dijo.