22 June 2006

El negocio con el arte ha tomado una velocidad que en algunos aspectos supera la evolución económica.

21-Junio-06


LONDRES.-- El resultado de una sola tarde en la casa de subastas londinense Christie's es de 87 millones de libras, (unos 127 millones de euros). En su principal competidora Sotheby's, que se encuentra a unas pocas calles, la tarde anterior se reunieron 130 millones de euros con arte impresionista y moderno.

Y hace unos días el diario estadounidense "The New York Times", informaba que el empresario de productos cosméticos Ralph Lauder había pagado por unos 107 millones de euros por "Goldene Adele", de Gustav Klimt (1862-1918), el cuadro más caro del mundo.

Todo ello demuestra que el mercado internacional de arte prospera como no hacía desde fines de los años 80. Especialmente cotizados están los impresionistas y los clásicos de principios del siglo XX. Por el cuadro de Egon Schiele "Los girasoles marchitos" (1914), descubierto no hace mucho, se pagó en la tarde del martes en Christie's 17,2 millones de euros, el segundo precio más alto jamás pagado por una obra Schiele.

Pero también se registran cifras récord con obras de arte contemporáneo. os hablan de una nueva "fiebre del oro". El negocio con el arte ha tomado una velocidad que en algunos aspectos supera la evolución económica. Por ello a algunos les preocupa que el mercado se vuelva a recalentar. No obstante, de momento los optimistas parece que dominan el campo.

El director de la feria de arte "Art 37", que acaba de concluir en Basel, Samuel Keller, señala: "El mercado del arte se encuentra en una situación magnífica. El sector nunca ha tenido tanta fuerza".

Y las razones para ello son muy diversas. Por una parte, la situación económica de muchos lugares progresa, de forma que hay bastante dinero. Por otra, con la globalización el mercado del arte está presente cada vez como más fuerza y por primera vez resulta realmente interesante a nivel global. Casas de subastas como Sotheby's o Christie's emplean todas las vías de comunicación para llamar la atención de los pequeños grupos de coleccionistas superricos sobre sus ofertas.

"No se vende un cuadro poniendo un anuncio en televisión", dijo hace poco el mánager de Sotheby's, Philip Hook, al "Financial Times". A los buenos clientes de todo el planeta se les envía regularmente correos electrónicos, cartas manuscritas y se les mima con invitaciones para visitas privadas para contemplar las obras.

A veces los cuadros incluso viajan. El retrato que Amadeo Modigliani (1884-1920) hizo de su última amante Jeanne Hébuterne fue enviado por Sotheby's a una persona en Estados Unidos, que quería ver la obra colgada en la pared. Se desconoce si fue este americano el que pagó 21,4 millones de euros por ella. Como ocurre en la mayoría de casos, los compradores prefieren permanecer en el anonimato.

A diferencia de otras épocas de prosperidad, los compradores ya no sólo son europeos, japoneses o estadounidenses. La nueva clientela con dinero viene de países como Rusia, China o India. Además, los coleccionistas ya no tienen demasiado interés en estar presentes durante la subasta. En Sotheby's, un centenar de compradores esta semana hicieron sus pujas por teléfono. La subasta, que duró dos horas, concluyó en una habitación semivacía y el último cuadro no se vendió.