Los analistas predecían que el fantasma de la recesión atenazaba tanto a los mercados financieros como al mundo del arte, pero el estreno de una intensa temporada de subastas en Londres ha confirmado esta semana que las inversiones en obras pictóricas se mantienen como un valor firme en el mercado. El Tríptico 1974-77, de Francis Bacon, acaba de batir un récord como la pintura de posguerra que atesora una mayor cotización en Europa: los 35,2 millones de euros que sentenció el martillo de la casa Christie's el pasado miércoles por la noche.
Aunque la espectacular venta no logra rebasar, aunque por muy poco la marca mundial que ostenta un cuadro del mismo autor, Estudio del papa Inocencio X (1962), vendido el pasado mayo en Nueva York por 35,45 millones de euros, sí demuestra que la crisis económica internacional no parece haber hecho mella en el mercado del arte. Así lo atestiguan las primeras subastas de arte impresionista, moderno y surrealista celebradas en la capital británica, que ya han reportado a la citada sala unos 141 millones de euros en tan sólo tres días.
Esa cifra ha sido incluso superada por la competencia de Sotheby's, que ha atesorado esta semana por las ventas de arte moderno e impresionista un montante de 194 millones de euros, el mejor resultado jamás logrado en Europa, gracias a destacadas operaciones, como el retrato La lectrice-Dora Maar, de Pablo Picasso, o La Loge, de Auguste Renoir, ambos superando los siete millones de euros.
Francis Bacon (Dublín, 1909- Madrid, 1992) se mostró convencido de que "cuando muera, mis obras no valdrán nada. Seré olvidado". El millar de marchantes y coleccionistas congregados en la puja de Londres por su obra, la última de los conocidos como "trípticos negros" pintados por el artista tras el suicidio de su compañero, George Dyer, contradice esa apreciación. Fue pintado entre mayo y junio de 1974.
Aunque la espectacular venta no logra rebasar, aunque por muy poco la marca mundial que ostenta un cuadro del mismo autor, Estudio del papa Inocencio X (1962), vendido el pasado mayo en Nueva York por 35,45 millones de euros, sí demuestra que la crisis económica internacional no parece haber hecho mella en el mercado del arte. Así lo atestiguan las primeras subastas de arte impresionista, moderno y surrealista celebradas en la capital británica, que ya han reportado a la citada sala unos 141 millones de euros en tan sólo tres días.
Esa cifra ha sido incluso superada por la competencia de Sotheby's, que ha atesorado esta semana por las ventas de arte moderno e impresionista un montante de 194 millones de euros, el mejor resultado jamás logrado en Europa, gracias a destacadas operaciones, como el retrato La lectrice-Dora Maar, de Pablo Picasso, o La Loge, de Auguste Renoir, ambos superando los siete millones de euros.
Francis Bacon (Dublín, 1909- Madrid, 1992) se mostró convencido de que "cuando muera, mis obras no valdrán nada. Seré olvidado". El millar de marchantes y coleccionistas congregados en la puja de Londres por su obra, la última de los conocidos como "trípticos negros" pintados por el artista tras el suicidio de su compañero, George Dyer, contradice esa apreciación. Fue pintado entre mayo y junio de 1974.